De paso por la vida

Un paseo por las cosas y los casos que me ocupan y me preocupan. Espero que sea de tu agrado.

jueves, julio 06, 2006

Una cena bastante atípica...
Estas noche he estado cenando en un restaurante que todavía no existe...

Lo están montando cuatro de mis hermanos y me han invitado a la primera prueba de cocina, en una reunión a puerta cerrada y en petit comité.

El local, montado en lo que antiguamente era un garaje para camiones, tiene un encanto y una estética muy bien logrados, con una enorme barra de coctelería a la entrada, que te deja entrever que no solo te van a dar bien de comer.

La música, poco común para un restaurante, pero tremendamente adecuada para éste, no la voy a calificar, porque he sido yo quien les ha hecho la selección (jeje). Pero, nada de eso ha sido lo mejor...

La cena ha estado exquisita, como era de esperar. Unos platos sencillos, pero muy bien preparados y con un toque original, que en ningún momento roza con lo snob (tan en voga en los restaurantes "de autor" que se abren últimamente).

Pero, tampoco eso ha sido lo mejor...

Lo mejor de ese sitio (y lo he sentido cada vez que lo he visitado, desde que empezaron a reformarlo), es que, nada más entrar, aunque sea la primera vez que atraviesas su puerta, no hay nada que te resulte desconocido, todo emite vibraciones de cercanía, que te hacen sentir cómodo, a gusto y en paz, como si llevaras toda la vida yendo a comer ahí... Es una sensación que, por poco habitual, te llama la atención. Sientes que podrías estar ahí horas y horas y nunca te cansarías...

¿Cómo han conseguido eso? No soy yo quien te lo vaya a revelar. Lo cierto es que ellos son cuatro personas maravillosas, a las que me siento orgullosísimo de conocer y eso, quieras o no, se transmite a todo cuanto hacen y su local está impregnado de ese "buen rollo" que desprenden ellos por todos los poros de sus piel.
Como todavía no tiene ni nombre (bueno, si que lo tiene, pero no lo han hecho público), no os voy a decir dónde es, pero, en cuanto lo abran al público, a finales de agosto, os volveré a hablar de él y os lo recomendaré para que podáis comprobar por propia experiencia, que cuanto os digo es cierto.
Hay lugares, objetos, ambientes, etc., que están cargados de una fuerza especial, llamadle magnetismo, llamadle vibraciones, llamadle como queráis... éste es uno de ellos.